Juegos de muñecas

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La pequeña Sandra jugaba con un par de muñecas, no eran las mas bonitas ni las mejor vestidas, sus primas siempre se burlaban de ellas, pero Sandra las quería como si fuera su madre, una madre que acepta a sus hijas sin importar sus defectos; y seguramente Sandra seria una gran madre al crecer, pero para eso faltaban muchos años aun, ella solo tiene seis años, aun no es tiempo para pensar en esas cosa, ahora solo es tiempo de que ella sea feliz.

Su padre es Alonso, su madre, teresa, ella  se encuentra trabajando, trabaja en una panadería cerca de su casa, desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la noche, todo un día de trabajo para poder mantener a su pequeña hija, y su esposo Alonso, recostado en el sofá, viendo el partido de futbol de su equipo favorito, demasiado adentrado en su propio mundo como para preocuparse de Sandra.

Y Sandra, la pequeña viviendo en su mundo; un mundo de fantasías, de héroes y ángeles protectores, un mundo donde el hambre puede esperar, donde llorar esta permitido, donde la princesas será rescatada del yugo del tirano, ese mundo es el mundo de los niños.

Pero el mundo real es otro, en el mundo real la pequeña Sandra tiene hambre; no ha comido nada desde las 9 de la mañana,momento en que despertó; y ahora son casi las 4 de la tarde, la pequeña Sandra tiene hambre, pero eso a su padre no le importa, Alonso solo desea que su equipo de futbol gane hoy, solo le importa que la cerveza no se acabe, solo le importa el mismo.

Y si la pequeña Sandra viviera en un cuento de hadas, como podría ella calmar su hambre, ¿un par de animales del bosque le traerían comida? O simplemente el hambre no tendría efecto en ella.

Y Alonso, disgustado por que su equipo no puede anotar un solo gol, disgustado con su esposa que le dice a diario que busque un empleo, disgustado con su pasado, disgustado consigo mismo.

Y ahora su cerveza se había terminado.

La pequeña Sandra sentía un dolor increíble en su estomago, el hambre el día de hoy era mucha, había buscado por todas partes algo que comer, galletas, pan, leche, algo que calmara su hambre, pero no encontró nada, nada que pudiera calmar el dolor que sentía.

Y Alonso, ahora que la cerveza se termino y que su equipo de futbol perdió, ahora que una rabia ciega lo afecta, ahora que el no es el, que es lo que puede hacer.

La pequeña Sandra pedía de comer, pedía a su padre que le diera algo que comer, pedía que la llevara con su madre y la dejara ahí, junto a ella, junto a su madre, la pequeña pedía un héroe, un ángel guardián que la llevara lejos de aquí.

Pero todo lo que obtuvo la pequeña fue un golpe, un golpe con una botella vacía de cerveza, un golpe a su cabeza, el cristal realizando cortes en su piel y su sangre saliendo intempestivamente; la pequeña no supo que sucedió, no supo que su padre empezó a golpearla, a patearla, a maldecirla,  destrozar todo lo que ella era y todo lo que ella pudo ser, la pequeña ahora se encontraba en un lugar mejor.

Ya no podría ser madre, nunca sabría que seria cuidar a dos pequeñas hijas de verdad, pero aun tendría a su lado a sus dos muñecas, aun podría cuidar de ellas, ser su madre por siempre.


 -Marius Von Cheshire 


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