Después de unos cuantos años de ser usuario activo de Facebook, por fin decidí dejar de usar esa plataforma y no fue por alguna tontería de que ellos me espiaran o vendieran mis datos, para nada, eso no podría importarme menos, después de todo si en base a espiarme me muestran publicidad de algo que realmente me guste, es una situación de ganar-ganar.

Claro que no era el típico usuario de FB, no lo usaba de forma narcisista o tratando de ser un influenciar, lo usaba de una forma más parecida a los viejos foros de internet donde publicabas fotos de lo que te gustaba y para compartir tu opinión sin importar si alguien se ofendía o te veía mal, cosa que sucedió muchas veces durante mi instancia en FB, mucha gente ofendida por lo que publicaba y comentaba.
No soy alguien que se ofenda fácilmente, no soy alguien sensible o un llorón, el material que usualmente publicaba en FB eran memes y noticias, me gustaba estar el día de lo que sucedía en el mundo y reírme de vez en cuando.

Ja, pusilánimes

Esta es una de las principales razones por las que decidí borrar mi cuenta de Facebook, aunque no totalmente, y debo dejar en claro que borre mi cuenta, no solo la desactive, la borre de la faz de la internet, ya que no tengo intención alguna de volver a usar la plataforma de FB bajo mi nombre de pila.

Censura, maldita censura

Como lo dije, no me importa que alguien me espié a costa de un veneficio, lo que si me importa es cuando alguien me dice que no puedo decir o hacer algo por que no es correcto.
Que se joda, yo decido lo que es o no es correcto, no una plataforma virtual, una plataforma no me da derechos ni privilegios, todo lo contrario; si yo quiero decirle a alguien que es puto, no lo digo como una forma racista de dirigirme a un homosexual, lo digo para dirigirme a un puto, persona sin agallas ni valor.

Ese es el puto del que hablo.

Pero cuando FB decide que soy racista y limita mi habilidad de publicar por 5/10/30 días, he ahí cuando tenemos un problema. Este pequeño detalle no es nuevo para FB, ya tiene unos cuantos ayeres que la plataforma tiene problemas por censurar las cosas que ellos creen que son ofensivas, incluso si esas cosas son eventos históricos o arte mostrando desnudos, si la plataforma lo considera ofensivo, debe ser cierto.
Esto fue un gran ajetreo durante las elecciones de EUA en la era de Trump vs Clinton, ya que se demostró que la plataforma tenía una ligera inclinación hacia un partido, censurando toda publicación de la otra parte, ocasionando una pequeña censura y manipulación mediática.

Así que cuando FB decide censurar mis publicaciones y quitarme el “derecho” de publicar y comentar, no es una noticia nueva, de hecho, es algo esperado, y en este post no estoy chillando por mi derecho a publicar pendejadas en su plataforma, para nada, es su plataforma, es libre, es “gratis”, ellos ponen las reglas a seguir.
Son sus reglas y yo soy quien decide si seguirlas o no.
Y decidí no seguirlas, de hecho, decidí dejar su plataforma por completo, ya que soy un gran seguidor de la libre expresión y el derecho a decir lo que piensas, cosa que la plataforma ya no permite. Solo bastaba una rápida mirada a su app que te muestra publicaciones de el mismo día, pero de años pasados, una rápida mirada a esos “recuerdos” mostraba a todas las publicaciones como no disponibles, por el simple hecho de que esos posts ya no cumplían con las reglas de la comunidad de hoy en día.
Una muy en específico fue esta imagen:


Censurada y reportada como pornografía, imagen que me costo unas cuantas semanas de baneo de publicar.

Hipocresía en su máxima expresión

Tan solo unos días después de que esa imagen fuera clasificada como tal, unas cuantas imágenes monstruosas circulaban la plataforma, y aun deben estar ahí, imágenes que mostraban el cuerpo desollado de una joven de 24 o 25 años, imágenes reales tomadas por las autoridades y que terminaron en FB, imágenes que tardaron horas en censurar, pero nunca remover.
¿Entonces una imagen de una playera con un estampado de tetas merece ser removido, pero las fotografías de una mujer desollada no?

Solo me queda decir, adiós a su plataforma, fue una buena fuente de noticias y memes, no extrañare ninguna de sus otras funciones “sociales”.







Todos en algún momento u otro de nuestra vida deseamos tener todo el tiempo libre disponible, para poder usarlo en cosas productivas que dejamos de lado por tener responsabilidades tales como el trabajo o la familia. Bueno, ya saben lo que dicen, cuidado con lo que deseas.
Vivir en los tiempos del Corona ha sido una gran prueba para la mayoría de la gente, tanto para permanecer en casa cuando por una u otra razón les es imposible, como para todos aquellos que ya llevaban una vida mas o menos con esos requerimientos.
Que mejor oportunidad para realizar lo que siempre quisimos hacer, pero nunca pudimos por falta de tiempo que durante un encierro obligado.

Pero no todo es color rosa

Es cierto que tenemos mas tiempo para gastarlo en nuestros hobbies favoritos y desarrollar habilidades que nos hacen falta, aprender algún idioma, tocar algún instrumento, escribir, dibujar etc.
Pero a la par de todo este tiempo libre y encerrados en casa, se presenta un “nuevo” adversario que nos complicara todos estos sueños de ser productivos y mejorar.

Después de todo, la pereza y la procrastinación son enemigos duros de vencer, un iluso como yo pensaba que al tener tanto tiempo libre y sin necesidad alguna de salir de casa era la oportunidad perfecta para desarrollar todas las habilidades que me hacían falta y por fin terminar de escribir mi libro, entre otras cosas más productivas.
Pero craso error, casi dos meses en cuarentena y apenas estoy empezando a superar la pereza y poner en marcha las ideas que tengo flotando en la cabeza; ideas que siempre estuvieron en el tintero debido a la “falta de tiempo”. Pero siempre existe una luz al final del túnel, con un poco de ayuda de unos cuantos litros de alcohol y mi voluntad de acero, puedo afirmar que vencimos a la procrastinación.

Ahora debemos demostrarlo

La principal prueba de lo que digo es esta entrada de blog, un proyecto que comencé en mi adolescencia y que hasta cierto punto seguía vivo, proyecto que aquí mismo he prometido varias veces volver a retomar pero que nunca sucedió.
Eso está por cambiar.
En esta nueva etapa, estaremos explorando el bloguear en tiempos del Corona.

Que comiencen los juegos.