Hace algunos ayeres me dije que debía dejar de piratear la mayoría de las cosas que consumía, con exactitud, desde que comencé a ganar mi propio dinero y podía pagar el precio comercial de las cosas.

No puedo negar que en mi juventud consumir todo tipo de piratería y material de procedencia apócrifa, música, películas, software, el internet y demás cosas que tienen un coste real. El pagar por el material tenía un solo fin, recompensar a los creadores y trabajadores que se esfuerzan en entregarnos un producto de uso diario, creadores que también tienen que comer y su arte les proporciona ese sustento.

Dejemos de lado si el dinero va para multinacionales o empresas codiciosas que explotan a sus empleados por una mínima parte de las ganancias; me parece justo pagar el precio del producto que consumo, a mí también me gusta que me paguen por mi trabajo y sería una mierda si por culpa de la piratería ganara menos o perdiera el empleo.

Cosa que sucede.

Películas que nunca vieron la luz del día por que su desempeño en taquilla se vio mermado gracias a que la piratería tenía su versión apócrifa desde semanas antes que se estrenara, músicos y bandas que tienen que costearse sus propios materiales y aun así estos son pirateados, dejando a la banda sin la posibilidad de sacar material futuro.

Ambos lados salen dañados, los fans que no ven una saga terminada y la industria que no puede apoyar nuevos talentos.

Por eso  desde hace algunos ayeres no consumo casi nada de piratería, en ninguna de sus formas, ni videojuegos o software crackeado (aparte de la brecha de seguridad que eso implica), prefiero pagar por una película digital antes que ver películas online en páginas que podrían estar usando mis recursos para minear bitcoins o descargar malware.

Las plataformas de música en línea también sustituyeron el comprar discos piratas o alguna otra alternativa, el que no se le pague bien a las bandas por su música es tema para otro post.

Lamentablemente alguna que otra ocasión es casi imposible no consumir material apócrifo, en ocasiones cierto material no esta disponible en ninguna tienda virtual o física, o quizás nunca lo estuvo; en estos momentos y solo en ellos es cuando me permito recurrir a lugares no oficiales para poder ver una película rara, leer un libro oscuro o alguna banda de música tan underground que solo debajo del blog mas oscuro lo puedo encontrar.

En conclusión, me complace el vivir en un 99% libre de piratería, pagar por el software que uso y las películas que veo me da una clara satisfacción.

Me hace feliz, aunque sea un poco.